miércoles, 24 de diciembre de 2008

La constancia del tiempo.

Ramas ajadas de un pino maltrecho,
descansa en el bosque ajeno,
verde vital y sensible que emociona al cielo.

Troncos gordos marcados con despecho
por algún amante olvidado
en el frío invierno.

Huecos intersticios atravesados por savia y viento.
Refresca tus entrañas el rocío pleno.

Hueles a algo, a algun extraño ungüento.
No dejes que se precipite sobre ti, el cuervo.

Maneja la calma, sustenta el silencio.
Piérdete en los renglones tristes de los cuentos.

Fábula antigua de gnomos y elfos.
Animales parlantes, laberintos secretos.

Árbol amigo del pájaro eterno.
No olvides nunca.
La constancia del tiempo.

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