viernes, 26 de diciembre de 2008

El jardín del silencio.

Contemplan los lectores el misterioso jardín.
Ajeno al conocimiento permanece allí.
Estático, encapsulado, en una jaula sin fín.

Mira al cielo el verde vivir,
intentando escapar de una trampa infantil.

Recibe el aire y la lluvia su sentir
a escasas bocanadas, desde un espacio gris.

Un rectángulo de metal, un vidriado hostil,
atrapan su coraje, no lo dejan salir.

Baldosas lo sostienen para no sufrir.
Las marcas del tiempo le impiden mentir.

Disimula el letargo su paso por aquí,
espía entre los libros, una tarde de abril.

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