Cae la
tarde en una ciudad lejana
y en los
edificios
maratones
de sombras despliegan formas entre los recovecos.
Un árbol
desnudo descansa en la plaza central, un niño lo observa y
en un
reflejo de instantes una paloma muere
mientras
despierta un mendigo en la penumbra verde.
En una
cueva de diarios vive un hombre centenario,
semanario
de otro día.
Extiende su
mano hacia el aire frío, hastío,
de la
soledad al olvido.
Pasan
transeúntes por una calle vacía
nadie lo
ve, nadie lo mira
ojos lo
esquivan.
Permanece
ausente en su ira.
Cruzan la
Avenida ligeros como hormigas
nadie se
ve, nadie se mira.
URBANIA,
conglomerado de entrañas
de cemento,
de calles, de avenidas.
Un árbol
desnudo descansa en tu plaza central.
Una paloma
muere mientras despierta un mendigo
en la
penumbra verde.